Ya hemos hablado en artículos anteriores que una de las formas para mejorar tus finanzas personales, es tener un colchón financiero para protegerte de imprevistos.
Hay muchas opiniones al respecto de cómo llevar las finanzas personales, pero la mayoría coincide en que es esencial tener una cantidad de dinero reservado para emergencias.
Así podrás disponer de él inmediatamente. Esto hará que tus finanzas personales sean mucho más sólidas.
Pasado este punto, lo más importante es definir la cantidad correcta que debes destinar a este fondo, ya que si guardas de más podrías incluso estar perdiendo dinero.
No ahorres más de la cuenta en tu colchón financiero
Es verdad que una de nuestras mayores preocupaciones es no tener lo suficiente en nuestro colchón financiero, y correr el riesgo de quedar al descubierto en caso de emergencias.
Sin embargo, también debemos señalar lo contrario, el exceso de fondos en tus ahorros de emergencia que no te generen ningún tipo de retorno, aunque no lo creas también puede perjudicarte.
Tu colchón de emergencia debe estar siempre a la mano, por lo que el mejor lugar para guardarlo es en una cuenta de ahorros con poco o nada de intereses.
Y ya que es un instrumento financiero que no te penaliza por retirar tus fondos cada vez que lo necesites.
Independientemente de donde guardes tus ahorros, los intereses generados no superarán la inflación, por lo que estarás perdiendo dinero.
Si tienes demasiado dinero paralizado en tu fondo de emergencia, pierdes oportunidades para contribuir a otras metas igual de importantes, como ahorrar para la jubilación o pagar deudas.
Tu dinero estará mucho mejor aprovechado si ahorras para estos objetivos que simplemente acumulándolo en tu colchón financiero.
Entonces ¿Cuánto dinero debes dedicar a tu colchón financiero?
Para determinar la cantidad suficiente de dinero a guardar en un fondo de emergencia, deberás considerar:
- La cantidad mensual con la que te sientas cómodo ahorrando.
- El dinero que necesitas para tener una sensación de estabilidad financiera.
- Tu situación laboral actual.
- Tus responsabilidades financieras.
Por lo general, se recomienda ahorrar entre tres y seis meses de gastos en tu fondo de emergencia. La cantidad que decidas ahorrar dependerá del nivel de manejo de tus finanzas y tu situación personal.
Si eres principiante, lo mejor es que te pongas una meta realizable, que podría ser de unos pocos cientos de dólares. Si por el contrario crees que puedes apuntar mucho más alto, podrías llegar a guardar hasta el equivalente de 1 año de tu sueldo.
Muy aparte de nuestra recomendación, siempre tienes que tener en cuenta tu situación personal, como la cantidad de personas a tu cargo, tu situación de vivienda, estabilidad laboral, etc.
Trata tu colchón financiero como si de un seguro se tratase, al final tus ahorros de emergencia actúan como una póliza de seguro ya que te protegen si algo va mal.
Esto significa que querrás seleccionar la cobertura suficiente, pero no tanta que estés desperdiciando tu dinero en primas o, en este caso, haciendo que tu dinero se quede sentado sin hacer nada.
Así, si tienes una posición financiera relativamente segura, podría ser que decidas reducir un poco los ahorros destinados a tu colchón financiero.
Tu colchón financiero debe ir en línea con tus planes futuros
Puede que pienses como obvio que mientras más dinero acumules en tu colchón financiero, mejor. Pero como todo en exceso es malo, asegúrate de que no estés guardando tanto en tu fondo de emergencia, que perjudiques tus planes a futuro.
Finalmente, la respuesta a cuánto se debe ahorrar exactamente en un colchón financiero es diferente para cada persona.
Y recuerda que ya existen planes de ahorro programado con apps que puedes tener en el móvil como las de BMI Ahorro, con las que además de una cantidad fija ahorrada mes a mes, puedes hacer aportaciones extra siempre que quieras e ir aumentando tu capital.
De todas formas te recomendamos considerar estos consejos para que los tengas en mente, y puedas evitar tener ahorros de más sin retorno de intereses. Asegúrate de que tu colchón financiero sea una fortaleza y no una debilidad.